Si el Ermitaño representa un periodo importante en nosotros, tanto para
autoanalizarnos como para conocernos, es importante señalar cuales son los límites
en que debemos manejarnos, pues
interiorizarnos demasiado o, peor aún, caer en la crónica soledad, puede
llevarnos a consecuencias muy graves para nuestro carácter, llegando incluso a
separarnos o aislarnos del entorno y personas que nos rodean. Esto nos puede
transformar en seres empedernidamente ermitaños y amargados, es decir, algo más
o menos parecido a cuando nos aparece el Ermitaño invertido: seres con
tendencia a los extremos, que no se toma su retraimiento personal como un
proceso de crecimiento, sino más bien lo vuelve patológico y cae en la amargura
de ver la vida diferente, separados del resto.
Un Ermitaño invertido es
alguien que ha perdido su norte, que se ha dejado hipnotizar por las dulces
garras de la oscuridad, el silencio y el autodescubrimiento exacerbado,
generando así una separación de todo cuanto se aleja de él, incapaz de
comprender a los demás. Éste niega a las demás personas, niega el ambiente en
que vive e incluso a toda la divinidad que pueda existir. En consecuencia, se
vuelve solitario, mezquino, alejado de todo lo que le une a otros seres, y por
tanto, cualquier cosa externa se hace digna de recibir toda su culpa, crítica o
resentimiento.
Willow, como esencia floral
vinculada al Ermitaño, es una flor tremendamente importante en este caso, pues
suaviza el alma de tal manera que nos vuelve a «conectar» con todos nuevamente,
sin dejar que ese Ermitaño empedernido y exacerbado se manifieste, y vivamos
nuestra época de paz interior e introspección de la manera más sana y efectiva
posible. Willow rechaza la amargura que se puede formar en nosotros, nos libra
del rencor, nos hace perdonar y, algo muy importante, nos responsabiliza de
nuestra vida y nuestro destino, sin culpar
ni resentirnos ante el resto.
Esta flor es muy importante también,
como dijimos, en la ancianidad (recordemos que el Ermitaño también es un
anciano sabio), pues es la época en donde más tendemos a retraernos mucho,
recordar el pasado a veces amargamente y a sentirnos sensibles y heridos con facilidad
ante las demás personas.
En conclusión, cada vez que nos aparezca en una lectura de
tarot el Ermitaño en posición invertida, recetaremos la flor Willow. Es muy probable que en esa
lectura el Ermitaño invertido nos esté mostrando una etapa de gran tristeza,
soledad y aislamiento excesivo e innecesario, por tanto, la Flor Willow nos
ayudará a quitar en primer lugar todo rastro de amargura y tristeza, y en
segundo lugar, nos hará responsables de nuestra vida, motivándonos a salir de
ese encierro y a volver a conectarnos con la vida, con toda la humanidad.
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