Si la Emperatriz representa los aspectos más libres y
expresivos de la vida, tal como la naturaleza, el amor o la abundancia; el
Emperador representa la estructura y el orden de todo lo expresado por ésta.
Ambas cartas pueden sonar aparentemente muy contradictorias, pero en el fondo,
son dos arquetipos que se complementan y se unen para dar un sentido y una
justificación a la existencia: ellos son la esencia básica que componen el
principio masculino-femenino.
En el Emperador, vemos que el número que lo representa es
el 4, un número de base y equilibrio, pero también de rigidez e
intransigencia; por lo tanto, el Emperador por sí solo representaría a la base
que compone todo orden social. Si vimos que la Emperatriz era la naturaleza que
creaba libremente, el Emperador sería el que entrega un orden a esa creación,
el que forma los gobiernos, la política y toda la jerarquía humana que por
tantos siglos nos ha dominado. Esto significa que las cualidades de este arcano
no se caracterizan precisamente por dar amor o libertad; sino más bien, sería
el arcano que representa la severidad, la obediencia, el orden, y toda la
consciencia para comportarnos en sociedad.
EL EMPERADOR DEL TAROT
RIDER-WAITE:
El Emperador, Tarot Rider-Waite |
En el Emperador del Tarot Rider-Waite, observamos a un
hombre que nos mira de frente, sentado en su trono y en un ambiente totalmente
árido. Su ropa es sobria, de colores rojo y violeta, dos colores que hablan de
su fuerza así como también su realeza. Bajo su ropa vemos claramente que el
Emperador lleva una sólida armadura con la que se protege: este hombre no es
sólo un rey, sino también un guerrero dispuesto a luchar por sus ideales si
fuera necesario. Cabe destacar que esta armadura le confiere poder y
protección, pero también le otorga bastante rigidez; una rigidez de pensamiento
tan propia de este arcano como veremos más adelante…
El hombre de barba blanca (símbolo de su experiencia), está
sentado sobre un trono de piedra (rigidez y frialdad), cuya estructura está
decorada por cuatro carneros; los carneros pueden hablar de ciertos dioses
relacionados a la virilidad (El Emperador es el símbolo masculino por
excelencia), pero también representa al signo zodiacal de Aries, un signo de no
sólo agresión o guerra (Aries está regido por marte, el planeta de la guerra),
sino también del comienzo y formación de una sociedad más justa.
En sus manos el Emperador lleva una bola dorada que
simboliza su poder universal, así como la cruz egipcia (Anj) que simboliza a la
vida. Y nos dice que en virtud a la ley, el poder del emperador es total,
incluso sobre la vida y la muerte. El Anj o crux ansata era
símbolo de vida e inmortalidad.
El paisaje de esta carta es árido y estéril, muy en
contraste a la naturaleza que rodeaba la Emperatriz, esto es básicamente porqué
él no es quien crea la vida, sino quien la ordena y la estructura; por tanto,
carece de las cualidades dulces y creadoras que tenía la Emperatriz. Aun así,
el Emperador representa a toda la existencia, a la vida misma sometida bajo las
leyes humanas y divinas que rigen el universo.
EL EMPERADOR DEL TAROT DE
MARSELLA:
El Emperador, Tarot Marsella |
El Emperador del Tarot Marsella es, indiscutiblemente, el
primero de la lista en ser casi totalmente distinto al de la versión
Rider-Waite; tanto en su postura como también en su simbología.
Lo primero que llama aquí la atención, es que este hombre aparece
de perfil y no de frente; algo que puede remontarse ante la idea de que
antiguamente en ciertas culturas, se tenía prohibido mirar al rey o al anciano
sabio fijamente. Este Emperador además lleva una ropa con los colores ya
similares del tarot marsellés, aunque invertidos, destacando el color rojo
afuera (fuerza) y el azul adentro (sabiduría), pues para el Emperador, la
sabiduría de nada sirve si no es con un objetivo.
El cetro amarillo que lleva, así como su colgante, es
símbolo de su poder universal, y que junto con su mano sujetando su ceñidor
parecen reafirmar su autoridad omnipotente. El escudo con el águila en sus
piernas –como el de la emperatriz– también es símbolo de protección y poder.
Ahora bien, fijémonos en la postura del Emperador, está de
pie sobre su trono como mirando al horizonte; sus piernas cruzadas son un
símbolo esotérico, que bien puede reflejar una idea de protección (el cruzar
las extremidades se consideraba protegerse de malas energías), así como también
para retener sus fuerzas favorables. E incluso hay quienes consideran que el
cruce de sus piernas (una cruz) con la postura de los brazos, forman el símbolo
alquímico del fuego, es decir, de la actividad, de la fuerza y la victoria.
EL EMPERADOR DEL TAROT BALBI:
El Emperador, Tarot Balbi |
En el Tarot Balbi, observamos un Emperador muy parecido al
de la versión Marsella: un hombre de pie y de perfil mirando al horizonte, en
una misma postura, aunque con ciertos detalles distintos. Lo primero que
siempre comentamos aquí son los colores de esta baraja: aquí los que abundan
son el anaranjado, el rojo y el verde. El rojo habla de la energía “vieja” ya
experimentada que ha logrado mucho en su vida; el segundo color, el anaranjado,
representa la energía ya nueva pero no tan vivaz como el amarillo, sino más
bien matizada y que brinda equilibrio; así lo reafirma también el color verde,
que simboliza el equilibrio y la armonía en este arcano.
Otra cosa interesante aquí, es que el Emperador está de pie
sobre un cubo (en otras barajas se afirma sobre él), esta figura geométrica
está muy relacionada a varias corrientes esotéricas como la cábala, y tiene un
sinnúmero de significados, pero entre ellos el más notorio es que simboliza al
universo mismo.
Su planeta está representado aquí por Júpiter, el símbolo
de la expansión y la riqueza. Su letra hebrea es Daleth con valor de cuatro. Y
muchos lo asocian al signo zodiacal de Aries, por su significado.
EL EMPERADOR DEL GOLDEN TAROT:
El Emperador, Golden Tarot |
A pesar de que este Tarot es, de alguna manera u otra,
bastante fiel a la versión de Rider-Waite, esta vez la autora hizo ciertas
modificaciones a la carta del Emperador. Quizá la más notoria de todas ellas,
sea la postura nuevamente de perfil de este arcano, mirando casi con un rostro
de severidad e intransigencia hacia sus súbditos (me recuerda un poco al rey de
Bastos de la versión Rider-Waite).
Lo más importante a destacar aquí, es que la autora no
utilizó el símbolo del carnero u otros atributos para realzar la masculinidad
de este Emperador, y prefirió colocar un león (hay quienes consideran esta
carta regida bajo el signo de leo que es el signo zodiacal del sol), utilizando
los atributos de fuerza y “realeza” de este animal para ensalzar el poderío,
además que, claro está, el león es un fuerte símbolo de virilidad. También los
dos símbolos más que se muestran en esta carta es el águila negra, también
símbolo masculino y de poder; y la corona de laureles que adorna la cabeza del
Emperador, y que recuerda a esos monarcas romanos que tanta fama han tenido a
lo largo de la historia.
VALOR ARQUETÍPICO DEL EMPERADOR:
De izquierda a derecha: El Emperador Rider-Waite, Marsella, Balbi, Golden Tarot |
Los valores arquetípicos más importante del Emperador son
dos: en primer lugar tenemos la representación masculina de éste, con su valor
de hombre, de padre, quien lejos de todo el amor o la compasión; es él quien se
nos muestra más autoritario, severo y quien nos enseña las normas de
comportamiento. Él es el padre que nos entrega los códigos y las normas, quien
nos educa y nos corrige, dejando la parte sentimental o cariñosa a la madre o
la mujer (lógicamente todo esto visto desde un punto de vista arquetípico y
simbólico, no machista ni mucho menos…)
También el Emperador, en su valor de hombre, de
inteligencia estructurada y ligada a lo yang (masculino), representa todo el
orden y la estructura social. Está muy relacionado en esto a la carta de la Justicia
(que veremos más adelante), por ser un arcano que pone orden a todo lo que
existen en la naturaleza. Si la Emperatriz, como dijimos, es la madre que da a
luz a todas las formas de vida que existen, el Emperador sería indicado en dar
las normas y la estructura de éstos. Sin él todo sería caos, pues naturalmente,
él no sólo pone estructura y orden a lo exterior, sino que también, a todas las
ideas y conceptos que tenemos arraigados en nuestro interior.
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