El
Sumo Sacerdote, el Papa o el Hierofante (se les llama de las tres formas) es
una carta bastante compleja dentro de la baraja del Tarot, y quizá una de las
más difíciles a la hora de interpretar, esto es principalmente porque tiene una
gran variedad de cualidades y significados, así como su simbología puede
resultar bastante rica y variada.
El número que representa este arcano es el 5, un número que puede tener dos vías: la
inestabilidad (rompe el equilibrio del 4) o la espiritualidad (5 = cinco
elementos, el todo). Dentro de sus características generales, esta carta
representa —al igual que su par La Sacerdotisa—, todos los aspectos espirituales
y profundos, pero, su gran diferencia con ella, es que la Sacerdotisa tenía que
ver con una espiritualidad más profunda e introspectiva, es decir, todo lo que
estaba dentro del inconsciente del hombre. Esta carta sin embargo, nos habla de
una espiritualidad más externa, o lo que aprendemos desde afuera, tal como la
religión, las creencias, las normas morales y sociales, el comportamiento, etc.
No por nada la Sacerdotisa es mujer (interior, yin, quietud, pasiva, receptora)
y el Sumo Sacerdote es hombre (exterior, yang, movimiento, activo, transmisor).
Ahora bien, el Sumo Sacerdote es una carta
que tiene que ver con la llamada “vía externa”, con el acceso a una doctrina y a
una creencia que debe ser aprendida y aceptada; por lo tanto el Hierofante, al
venir después del mundo natural (Emperatriz), de la sociedad (Emperador), indicaría
la tradición intelectual, cultural y la educación que se ha recibido en ésta.
También, claro está, representa la contraparte de lo que compone a una sociedad. Si el Emperador era en la
Sociedad, la parte de leyes, normas y Estado,
El Sumo Sacerdote sería la parte de aprendizaje, dogmas y aspectos ligados a la
Religión, en otras palabras, la otra
cara de la sociedad.
Él es quien guía, bendice, y nos lleva de la
mano de las leyes y las religiones ya escritas y pautadas, hacia un camino
espiritual que debe ser aplicado y aprendido.
EL SUMO SACERDOTE DEL TAROT
RIDER-WAITE:
Lo
primero aquí es que Waite, el autor de esta importante baraja, fue quien prefirió
usar el nombre de Hierofante antes que Papa o Sacerdote (El Hierofante era un
alto sacerdote en Grecia que dirigía los cultos de Eleusis hacia Deméter y Perséfone),
esto principalmente porque él creía que la palabra papa o sacerdote sólo
encerraba un pequeño ejemplo de lo que realmente representaba este triunfo,
mientras que la palabra hierofante
era mucho más abierta a interpretaciones y simbolismos.
Lo más
importante que vemos aquí es un hombre de aspecto eclesiástico que se dirige
hacia dos seres que nos dan la espalda en la imagen, lleva una túnica que
denota su poder espiritual, zapatos y estola blanca con cruces que nos habla
tanto de sus creencias como de su capacidad de “iniciador de la fe”. Su tiara
en la cabeza (que nos recuerda a la antigua tiara papal de Roma) lleva las
típicas tres coronas, que aquí nos habla del poder de éste personaje sobre los
diferentes tres aspectos, como cielo, tierra y más allá; así como también
cuerpo, mente y espíritu. Lo mismo pasa con la cruz que lleva en su mano
izquierda que también es triple.
Hace
un gesto de bendición a los dos hombres que están frente a él, y mediante éste,
les enseña y los inicia hacia un camino de creencias y doctrinas, recordemos que
el Hierofante es tan espiritual como la Sacerdotisa, pero él se encarga de la
vía externa, es decir, de lo que vamos aprendiendo desde afuera. Esto dos
hombres frente a él llevan ropas distintas y pueden simbolizar las dos vías del
conocimiento (externa/interna, activa/pasiva), aunque al final, ambos caminos
se unen o se complementan (por eso la tiara de ambos es amarilla e idéntica). Ahora
bien, tanto los hombres a los que el Hierofante bendice, como los pilares tras
de él, nos recuerdan a la dualidad que vimos en la Sacerdotisa, es decir, la
separación de los opuestos (día/noche, masculino/femenino…) Sin embargo, aquí y
como veremos más adelante (sobre todo en el Carro), hay una clara tendencia a
mediar y equilibrar estos opuestos, mas no de resolverlos totalmente.
También
la imagen de los dos pilares en el fondo, nos muestra que aquí no hay un velo
que cubra algo secreto como en la carta de la Sacerdotisa, pues el conocimiento
aquí es externo y más accesible. El Hierofante puede brindar protección,
enseñanza y un camino, pero no penetrará en los aspectos más profundos y
espirituales del inconsciente.
EL SUMO SACERDOTE DEL TAROT DE
MARSELLA:
El Sumo Sacerdote del Tarot Marsella, vemos una imagen
similar. Aquí el hombre viste una túnica donde realza el color azul sobre el
rojo (es decir, el aspecto masculino, al igual que el Emperador), sus mangas
son blancas para realzar su espiritualidad; y aquí la misma cruz triple que
vimos en el anterior Tarot donde se destacaba la divinidad del número tres, se transforma en
siete puntas, y el número siete (para no profundizar más allá) es un número
divino en muchos aspectos.
Está sentado entre dos columnas
azules sin ningún velo, y hace un mismo gesto de bendición a dos hombres que
están frente a él. Estos dos hombres lucen un poco distintos al anterior Tarot,
y vemos que mientras uno alza su mano (activo) para recibir la bendición y la
doctrina del Papa, el otro hace el gesto inverso (pasivo). En otras palabras,
ambos son iniciados, pero mientras uno recibe el conocimiento con humildad y
calma, el otro se encarga de difundirla a los demás.
Así, el Sumo Sacerdote
comunica su saber a los demás; ya no necesita del libro de la Sacerdotisa para
mostrar que sabe, pues el transmite abiertamente su conocimiento. El Sumo
Sacerdote es el mediador entre Dios y el Universo con el hombre.
EL SUMO SACERDOTE DEL TAROT BALBI:
En el Tarot de Balbi, observamos a un Hierofante igualmente
sentado ante dos clérigos. Aquí da la impresión que estos dos hombres esperaran
además de la bendición, un consejo a sus diferentes problemas. El Sumo
Sacerdote les entrega con su mano derecha que tiene una cruz (iniciación) la
gran bendición que ellos esperan. Las ropas de él aquí son amarilla y verde, el
primero siendo un color que habla de una gran fuerza y energía, y el segundo
como un equilibrio que nace desde lo profundo. Aquí el Sacerdote también porta
una triple cruz, y su tiara, muy parecida a la papal de Roma, está compuesta
por tres dibujos que hablan de su poder sobre los tres aspectos de la materia.
Lo que más llama la atención
en este Tarot, es que en el asiento, justo entre los dos pilares, hay un
pentagrama. A simple vista esta estrella de cinco puntas nos puede hablar de su
valor numérico (5), pero si profundizamos más en los múltiples significados que
tiene el pentagrama al derecho, vemos que es un símbolo de espiritualidad muy
grande, de complemento hacia el todo (los cuatro elementos más el espíritu) y,
por qué no, la espiritualidad y la sabiduría ancestral, que este mismo Sumo
Sacerdote precisamente se encarga de enseñar.
Y aquí remarco algo importante,
pues mientras vemos al Papa delante de un pentagrama dando su bendición (dos
dedos) como vimos también en los anteriores diseños; en la carta del Diablo
veremos el mismo pentagrama pero invertido demostrando los aspectos contrarios
al valor de esta carta, como veremos cuando nos toque hablar del Diablo.
La letra hebrea que le
corresponde es He, con un valor de 5. Y su símbolo astrológico es Tauro.
EL SUMO SACERDOTE DEL GOLDEN TAROT:
En este Tarot, el Sumo Sacerdote adquiere un aspecto un
tanto diferente a todas las demás barajas, en donde vemos a un hombre de una fachada
un tanto distinta, que mira de soslayo y dándole la espalda a sus dos
discípulos que le esperan desde atrás. Aquí la autora coloca esta dualidad que
ya estudiamos del significado de los dos súbditos más claramente y no sólo a
través de sus ropas, pues vemos un hombre (activo) y una mujer (pasiva) que
parecen aguardar su bendición.
La misma autora de este libro menciona que quiso hacer de esta carta en
particular un tanto distinta, y sobre todo más sobria en comparación a la
opulencia que hay en otras barajas (o más aún en los papas que hemos visto a lo
largo de la historia), es por eso que las vestiduras de este hombre son más
sencillas, ya no hay ese aspecto de autoridad o “realeza” y los objetos que
tiene son más simples, como el báculo que porta. Este hombre tampoco da una
bendición a quienes les aguardan desde atrás, y en el fondo, es como si la
autora haya querido plasmar en esta carta su disgusto (quizá justificado) hacia
la labor autoritaria e inquisidora que han efectuado los papas a lo largo de la
historia.
VALOR ARQUETÍPICO DEL SUMO SACERDOTE:
El valor arquetípico que adquiere el Sumo Sacerdote, tiene
que ver fuertemente con el valor que éste desempeña en la sociedad y en la
humanidad, por tanto y como es obvio, se relaciona con todo su simbolismo y los
significados adivinatorios propios que posee. En esta persona (y esta carta),
vemos representado colectivamente el valor del maestro, del hombre que enseña y
guía, por tanto se relaciona con valor sociales tan importantes como la
educación y el respeto por las leyes sociales y morales. Vemos en él el reflejo
del líder religioso, del ministro, el gurú y el guía que nos conduce por caminos
y leyes ya establecidos. OJO, él no es quien nos lleva de la mano por el
camino, sólo nos inicia, y tampoco nos invita a buscar las respuestas
espirituales dentro de nosotros (esto lo hace la Sacerdotisa), sino que nos
conduce por la “vía externa” del conocimiento establecido en las religiones ya
pautadas, en las normas sociales y en todos los caminos espirituales ya
conocidos y establecidos desde los tiempos pasados.
El Sumo Sacerdote es el
educador, el maestro, el profesor, el psicólogo y el médico que nos guían en
nuestro proceso tan general, pero a la vez tan propio como lo es la
espiritualidad y el conocimiento.
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