sábado, 28 de febrero de 2015

(II) LA SACERDOTISA: simbología, análisis y principios arquetípicos

 Ya vimos en el Mago la representación de una fuerza un tanto masculina, así que hoy nos corresponderá hablar de la siguiente carta que viene a revelar un poco la fuerza femenina: la Sacerdotisa. Una carta ya bastante compleja desde sus orígenes y llena de simbolismos como veremos  (si hasta en el Tarot las mujeres son más complicadas, digo yo jejej).
   Lo primero que notamos aquí de “raro” es el nombre de la carta, pues decir “La Sacerdotisa o Papisa” de inmediato nos hace entrar en un conflicto sobre los conceptos que se manejan en nuestra sociedad occidental: “¿y es que acaso no era que sólo los hombres pueden llegar al sacerdocio?” Pues venir de una cultura casi netamente cristiana y de una sociedad regida preponderantemente por hombres, que una mujer sea dueña de tan prestigioso lugar hace a muchos quedar (¿???). Pero lo cierto es que, tan importante función de quien nos mira fijamente en esta carta, sólo podría ser merecedora de una mujer, pues en ella hay conceptos regidos por los arquetipos de feminidad que comparte con su compañera de la carta número tres: la emperatriz, y que estudiaremos más adelante.
   Aquí no vemos la fuerza del Mago, ni su parte activa o solar, sino que vemos una actitud netamente contemplativa, silenciosa, pasiva y receptiva…, muy ligada a los conceptos arquetípicos que hablan de lo que es la mujer (el hombre es activo, el que entrega; la mujer es pasiva, quien recibe.) Sin embargo, a pesar de que la Sacerdotisa es la “porción femenina” del tarot en contraste con el Mago; esto no quiere decir que sea la representación típica de la feminidad o la maternidad (esto es de la Emperatriz como veremos después); la Sacerdotisa más bien representaría la parte “oculta” de la feminidad, por eso ella se mantiene sentada, vestida con una ropa sobria, bien cubierta y en una actitud totalmente recatada. En ella no hay sexualidad ni sensualidad como en la Emperatriz, y su función está ligada a una labor más receptora, contemplativa y sabia; portadora de los grandes secretos del mundo exterior (la vida, el universo, la consciencia) e interior (la mente, el poder del inconsciente).
   Su sabiduría es tremenda, su pureza es íntegra y su consciencia magnánima.
   Algunos la consideran esta carta una representación de la diosa Isis o la Virgen María, debido a la simbología que porta y también a la “divinidad femenina” en el valor de la carta. Todo esto lo estudiaremos a continuación en la simbología. Veamos…

LA SACERDOTISA DEL TAROT RIDER-WAITE: 

La Sacerdotisa, Tarot Rider-Waite
El Tarot Rider-Waite nuevamente es el rey de la simbología para entender una carta. Y en este caso la representación que el autor hace de la Sacerdotisa es totalmente acertada y muy rica en simbología, aunando muy bien la esencia propia de la carta (el mensaje que transmite) así como en su significado adivinatorio.
   Lo primero que vemos aquí es una bella mujer que nos mira fijamente desde su asiento; su ropa es de colores sobrios y más bien fríos (en ella no hay atracción ni sexualidad), se cubre recatadamente como si se protegiera y al mismo tiempo como si protegiera sus conocimientos, permitiéndose así interiorizar en sí misma. En su cabeza hay una tiara que nos remonta la simbología Wicca y sus tres fases lunares (creciente/llena/menguante) y que nos habla del concepto de la diosa como doncella/madre/anciana; también esta corona, al igual como la luna que tiene en sus pies, son conceptos de que esta carta está muy ligada a la parte lunar, es decir, al conocimiento profundo, inconsciente e intuitivo, a una fuerza más interior y meditativa; en contraste al poder externo o solar que vimos anteriormente en el Mago. Sin embargo, esto no es un conocimiento despreciable, recordemos que la Sacerdotisa es una de las representaciones del tarot más grandes de la Sabiduría y de los poderes extrasensoriales que van más allá de la lógica o de las explicaciones.
   Algo muy importante también de la Sacerdotisa de esta baraja, es la presencia de dos columnas que están a su lado y que en otras barajas apenas se perciben. Estas dos columnas son la representación de los dos pilares que están en la entrada del templo de Salomón: la B es “Boaz” y la J es “Jakin”; representando el color negro (Boaz) a la pasividad y al misterio, y el color blanco (Jakin) a la acción y la conciencia. Estos pilares, a mi juicio, son la parte más importante de la carta después de la Sacerdotisa misma, pues en primer lugar al formar una entrada nos están diciendo que ahí existe un “punto de control”, para ver si se nos permite ingresar o no, y en este caso además nos está diciendo que más allá de ese punto existe un conocimiento oculto que la Sacerdotisa fielmente resguarda. En segundo lugar, los pilares hablan de dualidad –algo que veremos muy seguido en los siguientes arcanos mayores–, y que nos recuerda el concepto del yin-yang, de que los opuestos deben  complementarse para que exista la vida.
   También vemos que entre estos dos pilares cuelga un colorido velo, el cual esconde lo que hay más allá; precisamente es un velo porque un muro o cualquier otra material sería algo demasiado rígido para aislar el conocimiento, y la Sacerdotisa no quiere negárnoslo, sino que sólo deja que aquellos que son capaces de entenderlo puedan entrar. Otra cosa también importante es que, si nos fijamos bien, a los costados de este velo podemos notar lo que hay más allá, y veremos que se trata de un gran estanque de agua; el elemento que simboliza el inconsciente y la creación. Es aquí donde la Sacerdotisa esconde todos los secretos del mundo.
   Y por último dos símbolos más: el primero es el pergamino que tiene en sus manos con la palabra “tora” (que puede ser anagrama de “taro”) y que representa las leyes y la disciplina, así como también el conocimiento que la sacerdotisa protege con sus manos; y el segundo es el símbolo de la cruz de lados iguales que trae en su pecho, que representa su pureza y su sacrificio a fin de perpetuar su espiritualidad. 

LA SACERDOTISA DEL TAROT DE MARSELLA: 

La Sacerdotisa, Tarot de Marsella
Nuevamente aquí podríamos decir que la simbología es un tanto más sobria, pero no menos importante. Aquí la Sacerdotisa está sentada de costado sin mirarnos fijamente, el libro que lleva en sus manos está abierto y ella pareciera tenerlo como en un acto de entrega, quizá pensando que aún somos incapaces de descifrar todo el conocimiento o sabiendo que es inalcanzable para nosotros. Otra cosa importante aquí son los colores, la presencia de un enérgico rojo bajo un manto azul, hacen pensar de inmediato que la Sacerdotisa posee toda su fuerza en el interior, en la intuición; al mismo tiempo representa que ella no manifiesta, sino recibe; su velo azul la hace ver sobria y receptiva ante las ideas y los conocimientos de los demás.
   Vemos también que la tiara que lleva ya no es de las lunas (no hay símbolos lunares en esta carta) y está reemplazada por la tiara pontificia que los papas utilizaban antes (hasta el siglo XX), que representaba el triple poder que éstos tenían ante el mundo. Aquí no parecen haber pilares o bien permanecen muy ocultos, pues si nos fijamos en el ángulo inferior derecho, podemos notar parte del diseño de uno. No obstante sí existe claramente un velo, que aquí es de un color beige, más sobrio y menos expresivo que en la anterior carta, pero con la misma connotación: como separador de la vida consciente de los misterios del inconsciente.

LA SACERDOTISA DEL TAROT BALBI: 

La Sacerdotisa, Tarot Balbi
Llama mucho la atención que esta carta parece ser una mezcla de diseño entre la Sacerdotisa Marsella y Rider-Waite, pues en ella vemos ambos conceptos mezclados. Lo primero que podríamos decir es que la tiara de esta Sacerdotisa es muy parecida a la tiara pontificia de la Sacerdotisa Marsella, pero aquí sí lleva las lunas del Rider-Waite; además de que en su trono se ven dos lunas menguantes que miran al cielo. Los pilares tan importantes que vimos también anteriormente, aquí aparecen formando parte del trono, como si aludieran a que la Sacerdotisa fuera ella misma el portal y el secreto del inconsciente, y no un lugar o un estanque místico como vimos en la baraja de Waite. Esto se corrobora al ver que aquí la Sacerdotisa lleva el velo en su cabeza y no detrás de ella como en las anteriores barajas. El libro que tiene en sus manos también está abierto, pero una de éstas lo cubre indicando que el conocimiento no está abierto en su totalidad.
   Respecto a los colores, aquí son principalmente violeta, rojo y verde, y que para la simbología de este Tarot el violeta habla de trasmutación, fuerza interior y espiritual que no se deja ver hacia afuera; el verde es equilibrio y paz interna,; y el rojo la potencia, pero más ligada a lo interior.
   Abajo vemos el símbolo de géminis, signo zodiacal que le dan a la sacerdotisa algunos. Y arriba vemos la letra hebrea BETH.

LA SACERDOTISA DEL GOLDEN TAROT: 

La Sacerdotisa, Golden Tarot 
 Aquí la obra artística de Kat Black se muestra de mayor profundidad simbólica que en sus antecesores. La misma autora menciona que hizo algunos cambios en relación a la baraja Rider-Waite, pues le gustaba mucho más la versión de la antigua Sacerdotisa (sobre todo la ligada a la leyenda de la Papisa Juana, quien llegó a convertirse en Papisa vistiéndose de hombre). Sin embargo, conservó ciertos aspectos de la baraja de Waite, como los pilares y la postura del personaje del naipe. Así como también le agregó ciertos aires frescos, como la túnica de ésta impregnada de palomas, representando el valor sagrado y espiritual de la misma. Y la presencia de un felino domesticado (muy similar a la carta de la Fuerza), que simboliza los misterios femeninos y el control de la Sacerdotisa sobre los impulsos pasionales o externos, para centrar así su energía hacia lo interior.

VALOR ARQUETÍPICO DE LA SACERDOTISA: 

De izquierda a derecha: Tarot Rider-Waite, Tarot Marsella, Tarot Balbi y Golden Tarot
   ¿Qué representan entonces arquetípicamente la sacerdotisa? Ya hablamos un poco de esto en el principio. Si bien la feminidad en el tarot está escindida en dos (La Sacerdotisa [II] y La Emperatriz [III]), son muy diferentes los conceptos de feminidad que ambas manejan. Ya vimos que la Sacerdotisa es –por ser la primera mujer– el arquetipo de la feminidad que contrasta con el Mago, siendo una feminidad un poco más “oculta”, más oscura y más intelectual, que nada tiene que ver con la sexualidad, sensualidad o maternidad que encarna la Emperatriz que veremos luego. Aquí la mujer está representada como valor puro, sabio, intelectual, y por ser la “primera dama” del Tarot es que adquiere el mismo valor e igualdad con el sexo masculino. La Sacerdotisa es la educadora, la maestra, la guía espiritual interior que nos invita a conocernos a nosotros mismos.
   Por su valor femenino adquiere un aspecto pasivo, receptivo, contemplativo; contrastando nuevamente a todo los significados que vimos con el Mago. Sin embargo, esto no la convierte en menos poderosa, sino que simplemente guarda su poder y sus misterios dentro de sí. Su fuerza reside en la magia, en la intuición y en todo lo que está más allá de lo lógico y racional.
   La Sacerdotisa es el alma femenina libre, pura y mesurada. Es el poder de la mujer llevado más allá de todo lo visible ante los ojos de los hombres. 

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